Esta semana he estado recuperando las piernas. La pasada semana terminé algo sobrecargado, así que esta tocaba tomárselo con calma. Algo más de bici y algo menos de carrera.
[table id=8 /]La semana empezó con un lunes dedicado a… ¡descanso total!. Que no nos olvidemos, también es muy importante en cualquier entrenamiento. Para el martes, un poco de ciclismo. Me decidí por una salida de bicicleta nocturna para hacer un total de 31,41 km.
El miércoles decidí programar una salida corta y relajada, para probarme y comprobar cómo estaba el estado de mis piernas. El domingo anterior no pude asistir a una carrera que había programado por tener la zona de los tibiales totalmente cargada, y quería comprobar si ya estaba recuperado. Me decidí pues por hacer 5 km de forma relajada, y después completar con algo de gimnasio. No hagáis mucho caso a la gráfica de pulsaciones, pues a mitad de entrenamiento el Mio LINK se quedó sin batería. La verdad es que tiene tanta autonomía, que se me olvida cargarlo…
El jueves lo empleé nuevamente en la parte más importante del entrenamiento, el descanso total. Y para el viernes, salida rápida en bici buscando algo de elevación, acompañado del Polar V800.
Esta semana no he realizado tirada larga, pero sí he hecho una de 10 km el sábado. No enfoqué la salida ni a velocidad, ni a realizar intervalos, ni siquiera a comprobar tiempos. Iba pensando más bien en mi técnica de carrera, en intentar automatizar la técnica correcta. Es cierto que muchas veces siempre empiezo bien, pero rápidamente me relajo y recupero malos hábitos. Luego vienen los dolores y molestias en las piernas…
Y la verdad, funcionó totalmente. Ritmos mantenidos siempre por debajo de 6:00 min/km (recuerdo que mi última carrera de 10 km no fue hace mucho tiempo y la media estaba por encima de 6:00 min/km), sin ningún esfuerzo específico, tan sólo concentrado en la cadencia de pasos y en aterrizar con el mediopié. El resultado, 10 km en 58:29. Siendo mi objetivo a corto plazo bajar de 55 minutos en la marca de los 10, es evidente que tengo que seguir trabajando la técnica para que el proceso sea totalmente automático sin tener que detenerme a pensar en hacerlo.
Porque precisamente esta falta de automatización es la que hace que no tuviese unos ritmos estables. Y es que durante la salida del sábado no conseguí establecer un ritmo constante, y estuve subiendo y bajando velocidad en todo momento, con ritmos tan dispares como 5:41 y 5:59 en dos km consecutivos.