Continúo introduciendo entrenamientos por intervalos y ya empiezo a notar resultados. Han sido pocos los entrenamientos, pero ya mantengo ritmos que antes costaba. Seguramente es también un factor psicológico, pues una vez comprobado que se puede llegar ahí, no sientes esa necesidad de parar por agotamiento.
[table id=7 /]Tras el mini fiasco del anterior domingo que terminé totalmente sin fuerzas, el lunes tocó hacer algo de gimnasio durante algo más de una hora.
El martes fue el día elegido para la salida larga, ya que era probable que el domingo estuviera ocupado por una carrera corta de menos de 6km (bueno, y una despedida de soltero…). Así que a entrenar salí a las 22:30 a una tirada «larga», dentro de lo que ese horario permite.
Entrenamiento de menos a más. Después del obligatorio calentamiento, ritmos de 6:15 min/km bajando hasta por debajo de 5:30 min/km al final del entrenamiento, que terminaba en subida y a 170 pulsaciones por minuto. Buenas sensaciones tras este entrenamiento.
Descanso el miércoles y partidillo habitual de los jueves. El viernes planteo nuevo entrenamiento por intervalos con la siguiente composición:
Y estos son los splits resultantes del entrenamiento (pincha para ampliar)
El enfriamiento decidí pararlo por una sobrecarga en el tibial posterior, así que decidí terminar un kilómetro antes y enfriar andando lo que quedaba de entrenamiento, y pasar bastante rato estirando al terminar.
El domingo tenía planeado participar en una carrera. Corta, de menos de 6km y con buenos desniveles. Desgraciadamente terminé la semana con la pierna derecha algo cargada en la zona de los tibiales, y tras probarme por la mañana a primera hora decidí no correrla. Así que continué con el siguiente evento del día, aún más exigente todavía… ¿Cuenta como entrenamiento «runner»?