POLAR VANTAGE V3 | Análisis y opinión. Nueva etapa para Polar.

Tres años después de la llegada al mercado del Vantage V2, Polar presenta el Vantage V3 actualizándolo con lo que ya hemos visto que se ha hecho popular en 2023: pantalla AMOLED y recepción de satélite de doble banda.

Ninguna de las dos cosas son nuevas en Polar, ya el Ignite 3 lo incluía en sus características, pero ahora hay que implementarlo en un reloj con un tipo de usuario más exigente.

Sí es novedad la inclusión de mapas para la navegación de rutas, que hace primer acto de presencia en el Vantage V3. 

Todo está gobernado por un procesador que se siente bastante más rápido en uso. La pantalla táctil responde a la perfección, no hay ningún tipo de lag al desplazarse en los menús y la tónica general es la fluidez.

En todo lo demás es un producto continuista para bien o para mal. Sigue siendo sencillo y fácil de usar, pero aparte de un ligero cambio en la interfaz de usuario no hay muchos más cambios a resaltar. 

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Este Vantage V3 supone el salto tecnológico más grande que Polar ha realizado nunca, lo que supone la creación de una nueva base sobre la que poder ir construyendo a partir de ahora. Pero es un salto enorme entre generaciones.

A nivel de software o de prestaciones, no hay en el Polar Vantage V3 nada realmente nuevo o que destaque. Sí cambia por completo a nivel de procesador, pantalla, recepción de satélites y sensores. 

¿Decepcionante? No tiene por qué. Estamos viendo que los fabricantes están girando hacia un modelo similar al que está usando Polar: crear una base potente sobre la que poder trabajar durante años en lugar de ir realizando pequeños cambios. Creo que la intención de Polar es mantener este reloj en el mercado 3 o 4 años y poder ir ofreciendo nuevas funciones en ese tiempo.

Pero bueno, deja que te enumere el listado completo de características.

• Pantalla táctil AMOLED de 1,39″, resolución 462×462 píxeles con 1.050 nits de iluminación
• Posibilidad de pantalla siempre encendida durante el entrenamiento sin reducción de intensidad (útil para uso en manillar)
• Diámetro 47mm, grosor 14,5mm
• 57 gramos de peso (39 gramos sin contar la correa)
• Gorilla Glass para proteger el cristal
• 5 botones de control (diseño tradicional de Polar)
• Caja y bisel de aluminio
• Recepción de satélites doble banda
• 32GB de memoria interna
• Nuevo sensor de pulso óptico de cuarta generación
• Polar Elixir como paquete completo del sensor óptico: electrocardiograma (ECG), SpO2 (saturación de oxígeno) y seguimiento de temperatura de la piel
• El test ortostático ya no necesita sensor externo, se hace directamente con el sensor integrado
• Hasta 47 horas con doble banda, 61 horas con sólo GPS y hasta 170 horas activando diferentes opciones de ahorro de energía. Entre 8 y 5 días de uso de reloj en función de la configuración.
• Mapas mundiales gratuitos para navegación de rutas
• Navegación de rutas con aviso de giro gracias a Komoot
• Altímetro barométrico y brújula
• Función linterna, activando la iluminación de la pantalla al 100%
• Procesador de 275MHz, según Polar 129% más que el Vantage V2
• Nuevo cable USB-C y carga rápida
• Sumergible 50m
• Correa estándar 22mm
• Colores disponibles: negro con correa negra, plata con correa azul y plata con correa blanca-melocotón
• Precio: 599€ sólo reloj, 649€ incluyendo sensor Polar H10

Aspectos básicos del Polar Vantage V3

El Polar Vantage V3 es una mezcla de modernidad con elementos de Polar de toda la vida. Como es natural lo que más destaca es su pantalla AMOLED de gran tamaño. Con 1,39″ es la pantalla más grande en la historia de Polar, que junto a un diámetro de 47mm deja un borde de pantalla bastante discreto. Cifras similares a las de, por ejemplo, el Garmin Forerunner 965. Y destaco esto porque Polar habitualmente ha tenido siempre unos bordes de pantalla de tamaño considerable (el Vantage V2 tenía una pantalla de 1,2″ con el mismo diámetro).

La pantalla es de gran calidad, con una resolución de 462×462 píxeles y un brillo máximo de 1.050 nits.

Es muy agradable de observar y también de consultar cualquier dato en ella, siendo ahora además un reloj mucho más rápido que los modelos anteriores. Polar dice que es un 129% más rápido que el Vantage V2, siendo más agradable de usar pues no se aprecia lag en ninguno de sus menús o widgets.

El control del reloj es el tradicional, con un total de 5 botones a ambos lados del reloj. Aquí destaca el botón superior izquierdo que ahora tiene un marco de color rojo (porque es el botón que se utiliza para las mediciones de ECG, más adelante hablaré de esto).

Además de los botones también podemos manejar el reloj a través de la pantalla, que es táctil (también lo era en el Vantage V2). Se nota el procesador más potente y responde muy bien al deslizar el dedo. Eso sí, con gotas en la pantalla puede crear problemas, como ocurre con cualquier pantalla de este tipo.

En cuanto a la iluminación podemos optar entre pantalla siempre encendida o que permanezca apagada y se encienda cuando detecte que giramos la muñeca. La detección del giro de muñeca es mucho más eficiente que en el pasado, que en el caso de Polar nunca había terminado de ir fina. La detección no es perfecta, pero sí más rápida y eficiente que en los Polar Ignite anteriores que utilizaban soluciones de pantalla parecidas.

Sin embargo hay cosas que no me gustan. Si tenemos activada la opción de pantalla siempre encendida, el reloj mostrará la hora en una pantalla de baja intensidad para ahorrar energía. Hasta aquí todo correcto. El problema viene cuando giramos la muñeca y el reloj tiene que activar el brillo completo. Primero aumenta la luminosidad de la pantalla de bajo consumo y después muestra la pantalla completa. El paso previo de aumentar la luminosidad añade tiempo y una experiencia algo extraña.

Ocurre algo parecido con las notificaciones. Cuando recibimos una ésta no se muestra directamente en pantalla, sólo aparecerá si levantas la mano (independientemente de si la pantalla encendida está o no activada), y lo hará después de esperar alrededor de un segundo. De nuevo la experiencia de uso no es la mejor posible, y lo idóneo sería que la notificación se mostrara directamente en pantalla para que al levantar la mano la encontrásemos ya en el reloj.

Cuando estamos entrenando la pantalla continúa con el mismo comportamiento, permanece apagada hasta que giramos la muñeca y se enciende. No siempre responde como queremos, porque depende desde qué posición parta el brazo. Si viene desde abajo y exageras el gesto enciende, en caso contrario te tocará repetir.

Pero ahora vienen las cosas que me gustan. Podemos activar la pantalla siempre encendida durante el entrenamiento (y podrás hacerlo para la sesión que vas a realizar o para todas las de ese deporte).

Al llevar la pantalla siempre encendida el comportamiento es diferente al del resto de relojes del mercado. Permanece encendida de verdad (no hay modo de bajo consumo) y, si estamos bajo mucha intensidad de luz, la iluminación permanecerá bastante alta. La autonomía se va a resentir, pero eres tú quien ha elegido esa opción porque quieres el máximo brillo, y me encanta cuando dejan elegir al usuario.

Esto por ejemplo nos permite utilizar el reloj en el manillar de la bicicleta y ver la pantalla sin ningún problema. Con cualquier otro reloj AMOLED del mercado esto no sería posible, pues la pantalla pasaría al modo de bajo consumo y, como no hay giro de muñeca, tendríamos que tocar un botón cada vez que quisiésemos ver algo (por mucho que la pantalla esté siempre encendida).

Son dos formas distintas de hacer las cosas, cada una con sus ventajas y sus inconvenientes, pero me gusta que Polar diga «oye, si quieres quemar la autonomía de esta carga de batería, eres libre de hacerlo. Y recuerda que puedes hacerlo así sólo en este entrenamiento o para todos los de este deporte». Y si estás corto de batería en algún momento determinado, desactivas la pantalla siempre encendida y listo.

Tenemos un menú de acceso directo a algunas funciones. Para acceder a él simplemente deslizamos desde la parte superior para que aparezca. Podemos escoger entre 5 opciones diferentes para activar o desactivar, siendo una de ellas la linterna. No es que tenga LEDs físicos, sino que utiliza el brillo de la pantalla para iluminar de forma puntual una estancia. La «linterna» no permanece encendida y vuelve solo al reloj alrededor de un minuto después.

El menú permanece invariable, pero lo que sí ha cambiado es el comportamiento del modo reloj. Atrás quedan las vistas de reloj, y ahora sólo tenemos la vista de la hora y el resto de visualizaciones son ahora «widgets» por los que podemos desplazarnos para conocer su información. Creo que es una forma más lógica y normal de mostrar todos los detalles, y que se asemeja a lo que encontramos en otros modelos de la competencia.

En modelos anteriores los widgets eran vistas de reloj. Es decir, formaban parte del fondo de la esfera.

Podemos seleccionar qué widgets queremos que se muestren, aunque no el orden en el que lo hacen.

Todos los widgets muestran información de forma rápida y, si pulsamos en la pantalla o en el botón principal, podemos revisar toda la información. Hay algunos nuevos en esta generación (aunque ya vistos por ejemplo en el Ignite 3).

Vitalidad después de dormir es una extensión del widget de sueño, en el que nos indica cuáles van a ser las mejores horas de cara a rendir en entrenamientos o laboralmente.

La verdad es que concuerda bastante bien con las sensaciones que tengo todos los días. Y no es que sean datos genéricos, pues algún día en el que la lectura del sueño no ha sido correcta la información mostrada ha cambiado. Un sábado me quité el reloj antes de que terminara de registrar el sueño y contabilizó que estuve durmiendo hasta las 12:30. La vitalidad mostrada no tenía nada que ver con lo habitual.

Puedes pensar en esta función como un «Body Battery» de Garmin que es capaz de mirar al futuro.

Otro de los datos que registra el reloj es la temperatura de la piel durante la noche.

No da datos específicos sino que compara la temperatura con respecto a la media establecida. Así que no se trata de un termómetro, pero sí te va a decir si la temperatura ha aumentado o disminuido con respecto a la media. Si siempre duermes en un entorno controlado puede servir de utilidad, si cambias de ubicación no será de gran ayuda.

Estas métricas obviamente también aparecen en la aplicación móvil, donde también será más fácil de visualizar.

Ambas cosas son parte del seguimiento del sueño que tiene el Polar Vantage V3, que comparado con otros modelos del mercado, es bastante completo.

El Polar Vantage V3 registra las diferentes fases del sueño, algo que personalmente creo que no tiene demasiada fiabilidad, ni en Polar ni en cualquier otro fabricante. También la cantidad (tiempo de sueño), estabilidad (que no haya interrupciones), continuidad, sueño real (vs tiempo que has estado despierto) o regeneración. Otras marcas no entran en tanto detalle.

Donde Polar destaca con respecto a la competencia es en la cantidad de test que el reloj nos permite hacer. No hay ninguno nuevo, pero sí hay cambios en algunos de ellos. Antes de entrar en eso deja que te detalle cuáles son todos esos tests:

• Test ortostático
• Test de recuperación de piernas
• Estimación saturación de oxígeno en sangre (SpO2)
• Electrocardiograma (ECG)
• Test de caminar
• Test de carrera
• Test de ciclismo
• Test de fitness

La diferencia con respecto a modelos anteriores es que para hacer el test ortostático ya no es necesario tener un sensor de pulso emparejado, ahora es posible realizarlo con el propio sensor de pulso óptico del reloj.

Ésto es un avance más importante de lo que piensas, porque el test ortostático es la base para el test que se realiza en la función de Recovery Pro, y si ya de por sí es un poco rollo tener que hacer ese test nada más levantar, peor aún es cuando tenías además que ponerte el sensor en el pecho.

Aprovechando que he hablado de Recovery Pro, recordar que Polar nos sigue obligando a elegir entre un modo u otro de control de recuperación, incluso cuando ambos miden cosas diferentes.

Recovery Pro mide pulsaciones y variabilidad de frecuencia cardíaca, tanto en reposo como de pie, para valorar tu recuperación durante la noche. 

Nightly Recharge por su parte registra carga de sueño y carga de SNA (que también usa la variabilidad de frecuencia cardíaca, aunque sólo en reposo). 

Personalmente prefiero seleccionar Nightly Recharge y, si quiero y me apetece algún día, siempre puedo realizar el test ortostático para realizar comprobaciones puntuales, aunque en este caso pierdo las indicaciones que da Recovery Pro en cuanto a si estoy fuera de rango u otros consejos. Aunque puedo seguir viendo cuáles son mis valores y actuar en consecuencia.

Por último comentar acerca de la natación en piscina. Polar indica que se ha mejorado el registro y la detección. No he hecho comparaciones directas con otros modelos anteriores de Polar, pero en los entrenamientos de piscina que he hecho con el Vantage V3 no he tenido ningún problema de conteo de largos.

Nuevo sensor Polar Elixir

El Polar Vantage V3 incluye lo que Polar ha denominado Polar Elixir. Se trata de una serie de funciones que se asocian de una forma u otra con el sensor de pulso óptico, que está ya en su cuarta versión.

En este «paquete» se incluyen las siguientes funciones:

• Estimación de saturación de oxígeno en sangre (SpO2)
• Medición de electrocardiograma (ECG)
• Registro de temperatura durante la noche

E incluye también la posibilidad de realizar el test ortostático sin utilizar un sensor de pulso externo, que antes era obligatorio.

La estimación de saturación de oxígeno en sangre se realiza de forma puntual, a través de un test que iniciamos desde el menú. El test se realiza en 45 segundos y como resultado dará el nivel de saturación de oxíengeo en sangre. Y lo único que hay que hacer es no mover la mano.

No hay medición automática ni tampoco posibilidad de tomar mediciones a mitad de una actividad (por ejemplo, mientras estás grabando una ascensión). Tendrías que finalizar el entrenamiento que estés grabando, realizar el test desde el menú e iniciar una actividad de nuevo.

De la temperatura te he hablado anteriormente, así que toca hablar de la función de electrocardiograma, que por primera vez está presente en un reloj de Polar. Eso sí, no es de uso médico, principalmente porque para ello Polar debería pasar una serie de certificaciones bastante complejas en cada uno de los mercados, para obtener dicho certificado. Quizás es un proceso que hayan comenzado, o quizás es algo en lo que no quieran entrar.

La opción también se encuentra dentro del menú.

La prueba dura 30 segundos y simplemente tenemos que poner el dedo en el botón superior izquierdo del reloj (el que tiene el borde rojo) para que la corriente eléctrica fluya desde una mano hasta la otra, pasando por el corazón para así tomar la medición.

Al terminar la prueba podrás ver en el reloj la frecuencia cardíaca media durante la prueba, la variabilidad de frecuencia cardíaca y el intervalo entre latidos.

Es en Polar Flow donde vas a poder encontrar todos los detalles referentes a esta prueba que acabas de realizar, incluyendo la posibilidad de descargar los datos en un archivo PDF.

A tener en cuenta que, como no tiene validación médica, no te va a indicar si hay algún tipo de problema como fibrilación auricular, que es algo que sí pueden hacer los dispositivos que sí cumplen con la certificación médica que te he comentado anteriormente. No es que sea algo importante si no lo estás buscando, pero sí es algo que debes conocer si el motivo de hacerte con este reloj es su función de ECG.

Autonomía

No es fácil comparar la autonomía del Polar Vantage V3 con respecto a su competencia, porque mientras que los demás indican la duración de batería usando la pantalla encendida durante el entrenamiento, Polar lo hace con la pantalla apagada.

Y es más, desde la presentación hasta la puesta en el mercado la autonomía ha ido cambiando cada día que pasaba, probablemente porque Polar estaba optimizando su firmware y las horas estaban aún bailando.

¿Cuáles son los números oficiales con los que finalmente tenemos que «trabajar»? Son los siguientes:

• Hasta 47 horas con uso de doble banda y sensor de pulso óptico activo (pantalla «always-on» desactivada)
• Hasta 61 horas con uso de monobanda y sólo GPS , con sensor de pulso óptico activo (pantalla «always-on» desactivada)
• Hasta 170 horas haciendo uso de diferentes configuraciones de ahorro de energía (desactivar sensores, peor registro de satélite, etc)
• Hasta 8 días con registro continuo de frecuencia cardíaca y notificaciones (pantalla «always-on» desactivada)

Estas cifras no cuadran con la estimación que hace el propio reloj al cargar al tenerlo cargado al 100%. Desactivando la opción de pantalla siempre encendida el reloj indica hasta 52 horas de autonomía, mientras que si optamos por mantener la pantalla siempre encendida baja hasta 18 horas.

De todas formas hay múltiples combinaciones, y al igual que te digo que Polar «oculta» un poco la autonomía total de la batería, o al menos no lo expresa como todos los demás; son los únicos que cuentan con una guía detallada de cuál va a ser la autonomía en función de un montón de factores.

Por mi parte yo te dejo mi propia tabla comparativa de cómo queda con respecto a la competencia y también con respecto al Vantage V2.

Quizá en lo que menos destaca es en la cantidad de días que puede permanecer encendido, algo inferior a la media. Pero también es cierto que es superior a lo que tenía el Polar Vantage V2 con pantalla de tipo MIPs.

Adicionalmente Polar ha incorporado la carga rápida. Con sólo 15 minutos de carga el reloj es capaz de llegar al 30% de nivel de batería, aunque realizar una carga completa sigue necesitando de 2 horas.

¿Y en uso? Pues no tiene un consumo excesivo, aunque tampoco es el más frugal de todos. Ayer por ejemplo hice un entrenamiento de 45 minutos y salí con 24% de batería. Usando sensor óptico y con la pantalla en modo giro de muñeca, al terminar el entrenamiento el reloj indicaba un 21% de energía restante.

Lo cierto es que cuando he repetido las pruebas con la pantalla siempre activa y entrenamientos de duración similar, el consumo de porcentaje de batería ha sido muy parecido. Hoy mismo he realizado un entrenamiento de 58 minutos empezando en 62% de batería y terminando en 58%. Y anterior a ese día, en un entrenamiento de 46 minutos pasé de 33% al 30%. 

Así que la tasa media de consumo de batería es de aproximadamente 4% cada hora de uso, lo cual nos daría una autonomía total de 25 horas con pantalla siempre encendida. Posiblemente desactivando la pantalla siempre encendida la autonomía estire bastante más de esas 25 horas, pero las 47 horas teóricas se me antojan lejanas.

Pero no hagas mucho caso a estos cálculos que te acabo de hacer, son de todo menos fiables y es una mera extrapolación de lo que ofrece el reloj en un momento y estado de batería determinado.

En cualquier caso, 18 horas que indica el reloj con pantalla siempre encendida y recepción de satélite doble banda es una buena cifra, similar por ejemplo a la del Garmin Forerunner 965. Y vuelvo a recordar, ese modo de pantalla siempre encendida es siempre encendida de verdad, nunca pasa a un modo de baja intensidad, lo cual también afecta a la batería.

Navegación con mapas

Por vez primera en Polar tenemos mapas para navegación de rutas. Y es que el Polar Vantage V3 permite aprovechar su magnífica pantalla AMOLED para mostrar los mapas y las rutas. Quizá sea lo que más te llama la atención del V3, ya que sin duda es su principal novedad.

Cuando lo compras el reloj incorpora mapas básicos Europa y Norte América. Vienen ya incluidos en la memoria de 32GB del reloj, cuyo único cometido es ese precisamente. Pero esos mapas son básicos y no están completos con todos los detalles, por lo que querrás descargar los mapas completos.

¿Cuál es la diferencia entre ambos? Nivel de detalle, cantidad de caminos y algunos nombres que aparecen en pantalla. Para que veas la diferencia aquí te dejo estas imágenes comparando. A la izquierda el mapa básico, a la derecha el mapa completo, ambos con zoom de 150m.

Y misma operación, con zoom a 600m.

En esas imágenes puede parecer que la diferencia no es tan grande, más allá de los nombres en pantalla, pero las verdaderas diferencias se aprecian cuando salimos de zonas urbanas.

Tener los mapas completos simplemente requiere descargarlos previamente y pasarlos al reloj. Es fácil, rápido y totalmente gratuito, pero hay que planificarlo un poco porque necesitarás hacerlo con el ordenador y el cable de datos.

El acceso a la descarga de mapas está directamente en el panel de control, bajo tu usuario.

Tenemos disponibles dos tipos de mapas. El mapa básico (que es el que viene previamente cargado en el reloj) es más sencillo. Muestra carreteras principales y los nombres de las ciudades. Pero si quieres tener nombres de ríos u otros elementos acuáticos y mayor densidad de caminos (especialmente fuera de entorno urbano) tendrás que optar por descargar el mapa detallado. Éste, además, ofrece líneas topográficas de altitud.

Cuando seleccionas la descarga de mapas directamente te indicará cuál es el proceso que debes seguir para cargarlo al reloj.

Tan fácil como conectar el reloj al ordenador y abrir la unidad que aparece para arrastrar el archivo, como si fuese una unidad de memoria externa.

La transferencia de datos es razonablemente rápida, por lo que es algo que puedes preparar perfectamente antes de cualquier viaje. Eso sí, necesitas tener acceso a un ordenador.

Como el reloj no dispone de conectividad WiFi, ésta es la única forma posible de pasar los mapas al reloj.

Una vez que tengamos los mapas en el reloj, en cualquier momento puedes cambiar entre ellos, o bien dejar que el reloj seleccione el mapa de forma automática.

Aunque hayas descargado el mapa detallado, merece la pena mantener el mapa básico en la memoria del reloj. Los 32GB de memoria interna se usan sólo para esto, así que puedes dejarlo sin que te moleste. 

Para poder ver el mapa hay que iniciar una actividad, no es posible visualizarlos sin hacerlo. Y previamente hay que añadir la página de mapa al perfil como una página de datos más, no aparece directamente.

Hay un widget de navegación que tiene pinta que sí permitirá usar los mapas en el futuro, pero de momento no lo ofrece.

Toca hablar de la navegación de las rutas. Éstas se tienen que gestionar a través de Komoot, no es posible crear rutas en la plataforma de Polar ni tampoco importar un archivo GPX. Toda gestión se realiza a través de esta plataforma de terceros. 

Lo que sí podemos hacer en Komoot es cargar un archivo GPX, bien que alguien te lo facilite o que hayas creado con otra aplicación diferente. Pero todo ha de gestionarse con Komoot.

Con respecto a los mapas, no son rutables, lo que significa que no es posible crear una ruta en el reloj ni hacer una vuelta a inicio a través de la ruta más corta. Ésto sólo es posible en los modelos de Garmin que sí ofrecen esta función.

Con respecto a la navegación presenta algunas limitaciones. Recuerdo que es el primer reloj de la marca que implementa los mapas, por lo que las mejoras tienen que ir llegando poco a poco.

Una cosa importante que falta es que el reloj dibuje el track por el que nos estamos desplazando. Es decir, a diferencia de otros dispositivos, no queda una línea en pantalla indicando qué camino hemos ido siguiendo, tan sólo aparece la flecha en pantalla, pero no podrás ver de dónde vienes.

Es la ausencia más importante.

Cuando cargas una ruta obviamente sí que muestra la línea del track, cambiando de color cuando hemos recorrido esa parte del track: en rojo la parte de ruta completada y en azul la parte de ruta que tenemos por delante.

Cuando corremos el reloj no genera una ruta de migas de pan que nos pueda hacer a la idea de por dónde hemos pasado. Sería algo básico a tener si por ejemplo estamos realizando una salida y, por el motivo que sea, te pierdes. 

En el mapa verás dónde estás, pero no te mostrará si has estado dando vueltas sobre ti mismo. Esto sería algo básico a tener.

Lo que sí tenemos son avisos de salida de ruta y también notificaciones de giro. Cuando estamos llegando a una bifurcación, sepas qué camino debes tomar.

Por último, no tenemos ClimbPro o similar (Hill Splitter tiene otro cometido distinto), pero sí hay una página donde podrás ver todo el perfil de la ruta y comprobar en qué punto nos encontramos, para poder calcular lo que nos queda por delante.

Es una navegación simple que, en un reloj como el Polar Vantage V3, puede resultar suficiente (el público óbjetivo es más de asfalto). Tendrán que llegar mejoras, pero las espero para cuando haya una nueva versión del Grit X o Grit X Pro.

Rendimiento GPS y sensor de pulso óptico

Una vez aclarado todo el tema de la doble banda (y si hay algo que no has entendido, tienes los comentarios para aclarar dudas), toca ir a las comparativas de rendimiento. Al igual que las pruebas del sensor óptico que verás más adelante, las comparativas de GPS se hacen de la misma manera: con los relojes acompañándome en mis entrenamientos habituales. Llevando tanto el Polar Vantage V3 como otros modelos, y comprobando dónde aparecen los problemas.

No tengo ninguna ruta definida para establecer una puntuación por el sencillo motivo que hay otros factores externos que no debemos de olvidar nunca. Cosas como nubes, hojas de los árboles o simplemente la posición del satélite pueden alterar los resultados del GPS de un día para otro.

Es por este motivo por el que prefiero hacer este tipo de comparativas en lugar de tener un recorrido predefinido y valorarlo a partir de este.

En cuanto al sensor óptico, debes tener en cuenta que un pulsómetro de muñeca no funciona de la misma forma en todos los cuerpos. Todos somos distintos, y si además en la ecuación metemos cosas como tono de la piel, tatuajes, vello corporal… la diferencia de persona a persona puede ser bastante grande.

En mis pruebas no es que el espectro de usuarios sea muy amplio: estamos yo y yo mismo. Así que lo que a mi me funciona bien puede que a otro no lo haga, o que sea mejor.

Pero lo más importante a tener en cuenta es que hay que seguir unas pautas para llevar el sensor. Debe estar apretado (pero no que te corte la circulación), suficiente como para que el reloj no se mueva libremente en la muñeca. Dejando una separación de aproximadamente un dedo con respecto al hueso de la muñeca. Cumpliendo estos detalles te asegurarás que vas a conseguir los mejores resultados que tus condiciones pueden ofrecer.

Después del «disclaimer» que hago en todas mis análisis vamos con las pruebas en sí. Intentaré ser breve y conciso pues esta sección siempre se hace algo tediosa tanto para leerlo vosotros como para mi escribirlo.

La mayor parte de las comparativas están hechas junto al Garmin Forerunner 965 y al Suunto RaceSuunto Race. Son sus rivales más directos con pantalla AMOLED, por lo que lo más seguro es que sean los otros modelos que te puedes estar planteando.

Empezaré la comparativa con este entrenamiento con buena visibilidad del cielo en todo momento, algo bastante sencillo. Aquí además añado el Suunto VerticalSuunto Vertical a la ecuación.

La única zona complicada es el paso por Puerto Banús, que se hace debajo de una fila de árboles y con edificios a ambos lados del recorrido. Esto hace que la señal rebote y pueda crear ciertos problemas, que es lo que ocurre en este punto con algún error por parte del Vantage V3

No es el único punto donde he tenido algún pequeño problema con el Vantage V3, puedes ver que en el punto de giro el polar también ha tenido un pequeño error.

Con respecto al sensor de pulso óptico, durante este entrenamiento el rendimiento ha sido perfecto junto con el resto de dispositivos y también con el Polar Verity SensePolar Verity Sense.

Vamos ahora con un entrenamiento muy suave a ritmos más bajos.

Aquí el que ha tenido un mal día es el Suunto Race, una situación bastante extraña porque se ha pasado gran parte del entrenamiento desplazado unos cuantos metros del camino real.

En la imagen por satélite puedes apreciar cuál es la desviación del Suunto Race en este entrenamiento.

El Polar Vantage V3 en este entrenamiento no ha tenido demasiados problemas. Y el Suunto, avanzando un poco más, tampoco.

Donde sí hay cosas que reportar es en el apartado del sensor de pulso óptico. Uno de los problemas que he tenido en gran parte de los entrenamientos es que el inicio siempre ha sido bastante irregular por parte del Polar Vantage V3. Algo así como en los sensores de pulso pectorales, que en invierno necesitan que empecemos a sudar para que la transmisión sea correcta.

Una vez pasados los primeros minutos el sensor del Vantage V3 ya vuelve al cauce correcto junto con los demás integrantes de la comparativa.

Cambio ahora de integrantes en la comparativa y saco del cajón el Polar Vantage V2 y el Polar Pacer Pro. La intención es que te permita comprobar cuál es el rendimiento real de la recepción de satélite doble banda, al menos comparada con otros modelos de Polar sin esta característica.

Y aunque sobre el papel el Polar Vantage V3 debería ser superior en todo momento… puedes ver que no siempre ha ocurrido así. Por ejemplo este punto que utilizo para ver cuál es el comportamiento cuando los relojes pierden señal de satélite al pasar por debajo de un puente. 

A favor del Polar Vantage V3 está que es el único que ha interpretado correctamente el haber pasado rápidamente a la acera del lado derecho (los otros han dibujado una diagonal), pero también ha sido el que más ha tardado en volver a recuperar la señal.

Pero en cuanto llegamos a zona urbana y empiezo a buscar las complicaciones, como hacer giros entre edificios altos, es cuando a los relojes con recepción monobanda se les comienza a ver las costuras. En este lugar tanto el Polar Vantage V3 como el Garmin FR965 son mucho más precisos, marcando perfectamente el giro realizado, mientras que el Vantage V2 y el Pacer Pro recortan sobre los edificios.

Es un comportamiento que continúa más adelante cuando sigo repitiendo estas condiciones difíciles. Los tracks del Polar Vantage V3 y del Garmin FR965 no son perfectos, pero sí bastante mejores que los otros dos.

Pero si la cosa se pone difícil de verdad todos van a tener problemas. Por ejemplo en este punto, en el que hay que recorrer un pasadizo donde no hay señal de satélite y todos los relojes se van a perder. Todos tienen problemas, aunque el que mejor lo resuelve es el Garmin (aunque recortando algunas esquinas). El Vantage V3 tarda un poco en recuperar la señal.

¿Recuerdas lo que te he comentado en el anterior entrenamiento sobre los primeros instantes del sensor de pulso óptico? Pues aquí lo puedes ver repetido.

Vamos a por un entrenamiento en montaña.

En este entrenamiento el comportamiento del Polar Vantage V3 ha sido bastante correcto en todo momento, pero sí hay algo que se ha ido repitiendo y es recortes en algunos giros, como por ejemplo estos que te marco aquí. 

El trazado realiza pequeñas curvas que el Polar opta por hacer rectas. La consecuencia al final del entrenamiento es que se termina comiendo unos cuantos metros del recorrido. Aquí puedes ver lo medido por cada uno de ellos.

Lógicamente no es mucho lo que recorta, pero cuanto más largo sea el entrenamiento, más metros irá acumulando.

En cuanto al sensor óptico en este entrenamiento no he tenido el desfase producido inicialmente. Los puntos y errores señalados son momentos en los que paré para sacar alguna foto o realizar alguna medición, momento en el que el registro deja de ser correcto, pero durante el resto del entrenamiento no hay mayores problemas.

Paso ahora a un entrenamiento donde la complicación está en la recepción de satélites debido a un cielo muy encapotado y con lluvia.

Si a esas dificultades además le añadimos unos cuantos árboles… pues montamos la tormenta perfecta. 

En este punto el Suunto Race y el Garmin Forerunner 965 se comportan bastante bien, pero el Polar sufre bastante.

Aunque más adelante es el Suunto el que también se desvía (flecha superior). Pero el Polar Vantage V3 continúa pasándolo mal.

¿Cómo de mal? Pues en algunos puntos… bastante mal.

Vamos a terminar con un entrenamiento de intervalos. En este caso ya después de la actualización de firmware 1.2.5.

Continúa mi problema en los minutos iniciales del entrenamiento. Por cómo se comporta y en qué momento lo hace, parece un bloqueo de cadencia, lo cual es algo que no debería ser complicado de solucionar con una actualización, y quizás no sea algo que sufra una gran mayoría por lo que tenga alguna complicación a la hora de identificar el error.

Aparte de esos minutos iniciales de calentamiento, el resto del entrenamiento y los cinco intervalos trabaja a la perfección, pero esos minutos iniciales que siempre son los mismos no ayudan a la opinión final del sensor.

Y en cuanto a recepción de satélites, tampoco observo cambios en la nueva versión.

Es innegable que Polar ha dado un salto bastante grande con respecto a su primer modelo con recepción de satélite de doble banda, el Polar Ignite 3. Aunque en ese reloj la antena estaba bastante comprometida por el tamaño de su esfera. Es un modelo más enfocado al fitness por lo que Polar no le dio tanta importancia a la recepción de satélites.

Claramente en precisión se sitúa por debajo de los dos cocos, Garmin y Suunto. Aún así la recepción en la mayor parte de las ocasiones es satisfactoria, diría que a la altura de COROS. 

Aunque haya relojes que lo hacen mejor, como ha quedado demostrado, creo que el nivel es satisfactorio, y en la prueba hecha contra los Polar más antiguos podemos apreciar que ha habido mejora, especialmente cuando hay situaciones complicadas.

Con respecto al sensor óptico tengo un poco de desilusión. La versión anterior del sensor óptico era prácticamente perfecta. Aquí tenemos un nuevo sensor que teóricamente debería ser aún mejor… y el resultado es que el resultado no es bueno

Al menos en la versión de firmware en la que he estado haciendo las pruebas (1.1.9). Recientemente ha salido la versión 1.2.5 con la que Polar indica que hay una serie de correcciones de errores. No he tenido tantos entrenamientos en esa versión como en la anterior, pero en los que he realizado sobre esa versión no observo cambios que espero se introduzcan en las próximas versiones que se vayan lanzando.

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Opinión Polar Vantage V3

Con el Polar Vantage V3 he tenido la experiencia de uso más satisfactoria con Polar que jamas haya tenido. Un funcionamiento fluido, un dispositivo fácil de usar y que se muestra agradable al uso. Sin ningún tipo de retraso o retardo al moverse por los menús o los widgets y ofreciendo sensación de producto bien acabado.

Quizá podamos echarle en cara la detección de giro de muñeca, algo con lo que históricamente Polar ha tenido problemas.

¿Que quiero decir con esto? Los cimientos son buenos, pero hay que seguir construyendo sobre ellos.

Nos estamos acostumbrando a relojes que llegan al mercado y sobre los que se añaden prestaciones. Es lo que demanda el mercado, y a lo que nos queremos acostumbrar. Por mucho que un reloj llegase cargado de funciones, si el fabricante no lanzase nuevas actualizaciones a lo largo de su vida comercial el usuario estaría enfadado. Somos nosotros mismos los que provocamos esto, no sólo en relojes si no en todos los productos

Los mapas son suficientes para un reloj más «asfáltero», pero Polar tendrá que mejorar tanto en mapas como en navegación cuando hagan aparición en una nueva versión de Grit X. Éste es el primer acercamiento, obviamente no vamos a esperar que en su primer reloj con mapas esté a la altura de Garmin

La integración de mapas es buena, el sistema de descarga es fácil, pero hay que aumentar prestaciones y funcionalidad de la navegación.

Con respecto a sensores también tienen margen de mejora, especialmente el sensor de pulso óptico. El GPS se puede pulir un poco más, pero no es preocupante.

Lo que necesitamos por parte de Polar es que cree un calendario de mejoras y actualizaciones para que los usuarios sepan qué es lo que van a poder tener, porque actualmente la posición en el mercado es difícil.

El Suunto Race ha sido un pelotazo, costando 150€ menos y con mayor nivel de funciones. El Garmin FR965 tiene el mismo precio base y muchísimas más prestaciones. Si Polar quiere defender un precio de 599€ tendrá que justificar los motivos de ese precio

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