El Ironman 70.3 Marbella es la carrera que da comienzo a la temporada Europea de la franquicia. No deja de haber carreras de Ironman a lo largo de todo el año, pero la cita de Marbella es la que inaugura la ronda de competiciones dentro de todo el continente.
A pesar de ser sólo el segundo año que se celebra, Marbella ya se ha ganado un lugar especial en el calendario Ironman. Destaca por encima de todo su segmento ciclista, con un desnivel positivo de unos 1.600m, y eso que este año a causa de las elecciones y el cambio de día de la prueba el circuito se vio ligeramente modificado, perdiendo la zona con las subidas más duras (aunque también la más bonita con diferencia).
Aunque la carrera es totalmente llana, la dificultad del segmento de bici hace que sea una de los medios más duros del calendario, siendo uno de los mayores atractivos para esta competición, tanto para profesionales como aficionados.
Por supuesto la ubicación también ayuda. Marbella es una ciudad de sobra conocida, con un encanto especial sobre todo para los visitantes de fuera de España.
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Ironman 70.3 Marbella, la carrera de casa
Correr en casa siempre es especial. Porque estás rodeado de tu gente, porque lo haces por sitios donde habitualmente entrenas, porque conoces perfectamente todas las ubicaciones y… por qué no decirlo, también porque para una carrera que necesita tanta logística como un triatlón de media o larga distancia es infinitamente más cómodo.
Si has corrido alguna carrera de este tipo estarás de acuerdo conmigo que la cantidad de material que tienes que cargar es en ocasiones abrumador. Y créeme cuando te digo que hacerlo en casa es infinitamente más cómodo. No hay que preparar un viaje, o hacer maleta para varios días, o llevar el doble de equipo para la carrera (por si acaso…), y por supuesto nada para entrenar los días previos.
Sin embargo también tiene la parte negativa. Sigues trabajando hasta el día de carrera como si nada pasara, no hay experiencias nuevas a vivir ni lugares nuevos que disfrutar. Pierdes esa emoción de desplazarte cientos o miles de kilómetros simplemente para disfrutar una carrera en un lugar desconocido, de encontrar nuevas rutas plagadas de sorpresas. Yo pocas novedades iba a encontrar, de hecho la ruta la entrené bastante durante las semanas previas a la carrera.
Y no sólo en el que iba a ser el segmento ciclista, también en muchas de las otras famosas rutas de la zona de Marbella como la subida a Istán.
Volviendo a la carrera, en lo que no hay discusión alguna es en la logística de todo lo que envuelve a la carrera: desde la recogida de dorsal, hasta preparar el box, pasando por el briefing o la «pasta party». Sabes que en una carrera de Ironman te pasas los días previos yendo y viniendo de la zona de carrera, y cuando no conoces la zona o no estás junto a ella puede ser un quebradero de cabeza por transporte, aparcamiento, etc.
Sin embargo todo eso lo tenía resuelto. Con el punto neurálgico a escasos 3 kilómetros de casa podía ir y venir a mi antojo y con la mayor de las facilidades. De hecho hice mi inscripción y recogida de dorsal el mismo jueves poco después de la apertura en mi camino de vuelta a casa. Como digo, ese es sólo uno de los pasos que hay que hacer en una carrera de este tipo, el siguiente es atender al briefing para corredores un par de horas más tarde.
Y cómo no, también la primera (de las muchas) visita a la tienda y zona de Expo a ver con qué picamos esta vez. Bueno, también para comprobar si estás correctamente inscrito en la carrera. Sólo sabes que participas cuando ves tu nombre en el merchandising, es más importante que el propio dorsal.
¡Ah, y la foto de postureo! ¡Esa que no se nos olvide!
El día antes de la carrera (viernes) también iba a ser un día completo, plagado de excursiones a la zona del Ironman. Por la mañana quería acercarme a la playa y darme un chapuzón en la zona donde se desarrollaría la natación, especialmente porque este año todavía no había metido el pie en aguas abiertas y siempre está bien recordar un poco de qué va el tema…
También había que aprovechar a hacer unos cuantos metros con neopreno. Tras un invierno de piscina las sensaciones son totalmente diferentes. Y de paso a aclimatarse un poco, que decían que el agua iba a estar calentita.
Así que preparé el petate y para allá que fui en bicicleta (de montaña). Otra de las ventajas de correr en casa, el tener una bicicleta para desplazarte sin tener que hacerlo con la que hay que competir al día siguiente.
Tras «refrescarme» en la playa, vuelta a casa para comer y dar el último repaso a la bici. Comprobar que todo estaba en su sitio, regular la distancia de neumático al cuadro (tras el cambio de ruedas rozaba a partir de 300W…), repasar frenos y cambios… porque un rato después había que dejar el box preparado con casi todo lo que iba a necesitar al día siguiente.
Así que en la tarde del viernes nuevamente a la zona de salida del Ironman (ya van 4 viajes allí y todavía no he empezado la carrera) para dejar, esta vez ya con la cabra, para dejarla colgando del sillín. En mi camino me cruzo con Ivan Raña y al adelantarle le deseo buena suerte para el día siguiente (creo que le gafé) y voy a colocar todas mis cosas.
Cuelgo mi bici y mis dos bolsas preparadas para T1 y T2 y me dispongo a hacer un poco de tiempo hasta las 19:00, hora en la que daba comienzo la Pasta Party, así que toca dar una vuelta y ver el ambiente…
Repaso a donde se iba a realizar la natación que esa tarde se encontraba como una piscina.
Y esa línea de meta que todos queríamos alcanzar al día siguiente.
El asistir a la Pasta Party es, más que por la comida en sí (que es bastante mala), por intentar cenar pronto. Y si además tienes oportunidad de compartir la cena con leyendas de la talla del mencionado Ivan Raña o de Alistair Brownlee, pues entonces ya va mereciendo más la pena.
Una vez acabada la rueda de prensa era momento de regresar. Mi medio de transporte para ir hasta allí se había quedado guardado en la zona de transición, así que para volver a casa tenía dos opciones: a pata o en taxi. Inicialmente había barajado hacer un rodaje de activación, pero dado que ya había nadado por la mañana y pedaleado unos 15 kilómetros, opté por la opción taxi.
Día de carrera
Seis de la mañana, suena el despertador y de un salto ya estoy en pie. Hay días que cuesta levantarse a esa hora, y otros en los que simplemente estás deseando salir por la puerta de casa.
Desayuno y termino de preparar las cosas de hidratación y nutrición que había que dejar en T1 antes de entrar al agua y salimos con rumbo a Puerto Banús. Llego alrededor de las 7 de la mañana, bastante justo considerando que hay que darle un último repaso a la bici, hinchar ruedas y organizar las bolsas de transición; todo con la idea de que sobren unos minutos para poderse meter en el agua y aclimatarse a los 15º de temperatura.
Las sensaciones al meterse en el agua las mismas que el día anterior. El neopreno ayuda mucho, pero el impacto del agua en la cara hace que duela durante 3 o 4 minutos. La playa ya está llena de ansiosos gorros verdes esperando la hora de salida.
Busco mi cajón para la salida de natación y me coloco en el de sub 35:00. Voy con idea de hacer una natación tranquila porque pelear por rebajar un minuto y medio al tiempo en el agua con lo que viene a continuación en la bici no parece la decisión más acertada.
Natación
Amanece en Puerto Banús y es hora de echarse al agua. Por delante 1.900 metros de natación, 90 kilómetros de ciclismo y una media maratón para antes de la hora de comer.
La salida es en formato Rolling Start, tal y como se está imponiendo en todas las competiciones de Ironman, salvo que en esta ocasión no salimos en grupos de 6 con un tiempo predefinido entre nosotros. Vamos saliendo del cajón de forma más o menos espaciada, pero sin formar aglomeraciones de ningún tipo.
Comienzo a nadar tranquilo y sin grupos excesivamente incómodos. Algún palo por aquí y por allá (dados y recibidos), pequeños tumultos especialmente en el giro de la primera boya, pero nada fuera de lo habitual.
Tras realizar el giro comenzamos a nadar hacia el este, en pleno amanecer. A pesar del enorme tamaño de las boyas de Ironman la navegación se hace muy complicada pues al mirar al frente quedo totalmente cegado por el sol.
Tampoco ayuda que antes de entrar al agua haya «limpiado» las gafas con los dedos llenos de crema solar. Pero bueno, confío en los pies de delante y espero que me lleven a buen término.
El trazado es como una L invertida, siendo el regreso algo más largo pues el punto de salida de la natación es unos metros más allá del punto de salida. Tras la dificultad en los primeros instantes buscando las boyas correctas, hacemos el primer giro de boya y, poco después, nuevo giro a derechas.
El agua estaba muy tranquila, casi como una piscina. Sin embargo de vez en cuando llegaba alguna ola algo más alta. No agitaba demasiado, pero sí se hacía incómodo si coincidía con mirar hacia delante para orientarme.
Me noto bastante fluido en la natación y hago unos cuantos adelantamientos, más de lo que yo soy adelantado a su vez. Tengo sensación de llevar un buen ritmo pero en absoluto voy forzando, mantengo la idea de hacer una natación relajada porque el día iba a ser muy largo.
Último giro y vamos saliendo hacia la orilla. Aumento ritmo de patada para recuperar sensaciones en las piernas y hago los últimos metros «al salto de la rana» ya que en ese punto cubre bastante poco.
Salgo del agua y veo en el reloj 33:43, bastante mejor del tiempo que iba buscando. Tiempo oficial de 34:03 por donde estaba colocada la zona de lectura del chip, y posición 131 en mi grupo de edad.
Muy satisfecho con el segmento porque para nada iba buscando ese tiempo, y para las pocas horas que he pasado en la piscina está mejor que bien. Será que he sido pez en otra vida.
Bici
Tras el buen segmento de natación tocaba el plato fuerte del día. Había hecho el recorrido dos o tres veces en las últimas semanas y sabía qué es lo que me esperaba. Tenía un tiempo calculado de 3h30m para no comprometer la carrera a pie.
Mi plan de carrera lo tenía muy claro: Tranquilo en las subidas sin pasar de 260W y aprovechar las bajadas para recuperar tiempo dado que soy buen rodador y conozco el circuito. Pero guardando todas las fuerzas para el regreso, sin duda lo más duro del recorrido.
Los primeros kilómetros los hago sintiéndome un poco raro, todavía algo mareado tras la natación. No podía mirar hacia abajo porque perdía un poco el equilibrio y comenzaba a hacer eses con la bici. A pesar de ser una recta bastante favorable no me noto especialmente rápido, calculo que no pasaba de 33-35 km/h.
En otras circunstancias este sería el momento en el que estoy adelantando a bastantes ciclistas pero ese día no estaba ocurriendo. Tampoco me preocupaba demasiado, las subidas iban a comenzar en pocos minutos y ahí sí que iba a ser una sangría de posiciones (en mi contra, por supuesto).
Llego a Marbella y hago el giro en la circunvalación, plato pequeño y pegadito al lado derecho de la calzada. Soy lo más alejado a un escalador que te puedas encontrar, simplemente no es mi terreno. Peso mucho y eso hay que pagarlo, así que no hago más que ver cómo todos me adelantan sin que yo adelante a nadie.
Salimos de Marbella y comenzamos la ascensión del puerto de Ojen. Veo a más de uno y más de dos subiendo con demasiada alegría… y estoy convencido que muchos de ellos lo pagarían más adelante, a partir del punto de retorno. Ahora las fuerzas están a tope y el recorrido y la pendiente invitan a apretar.
Corono el puerto y llegamos al primer avituallamiento. Recojo agua y toca empezar a trabajar porque aquí es donde destaco. Entre Ojen y la salida de Monda hay una bajada no demasiado pronunciada, pero sí muy rápida. Así que me acoplo y empiezo a meter vatios, adelantando a todos los que me habían rebasado en la subida.
Muchos de ellos van pegados en el margen izquierdo del carril y me obligan a pasar al carril contrario (cortado al tráfico) o a adelantar por la derecha y jugarme una descalificación. Así que tengo que pasar la línea central que está «grabada» en el suelo para que si vas en coche vibre y sepas que te estás metiendo en el carril contrario.
Eso con la bici es una auténtica tortura, y de hecho en uno de esos cambios pierdo la botella de agua que acababa de recoger. Genial, primer avituallamiento y ya pierdo una de agua…
Llegamos a Monda y continúa siendo una sección muy rápida, pero ahora hay algo más de toboganes. Si algo aprendí de los entrenos previos en esa zona es que si continúo apretando como hice en la bajada anterior iba a terminar cocido, así que me lo tomo con relativa calma, acelerando en las zonas a favor y soltando en las ligeras pendientes.
Desvío de la salida de Coín para hacer el «extra» de relleno a los 90km en ligera subida y bajada y vuelta a la carretera principal con una bajada MUY rápida (+80km/h) en la que habitualmente hay fuerte viento lateral, así que hay que mantenerse alerta para no llevarse un susto.
Tras la fuerte bajada comienza una zona de toboganes en las que en sentido Málaga es principalmente descendente, perfecto para prepararse para la vuelta.
¡Ay la vuelta…! Sin duda es la parte más dura del recorrido, no sólo física si no también mentalmente. Unos 30km de subida prácticamente constante, en rectas kilométricas. Esto lo hemos bajado antes, por lo que la sensación de velocidad que se trae de los minutos anteriores es importante.
Ahora ya no se ven pasar kilómetros, no se disfruta de la brisa que da la velocidad ni de la emoción de los adelantamientos. Plato pequeño, piñón grande y enormes dosis de paciencia.
Tras más de una hora de ascenso constante corono, por fin, el puerto de Ojén. Toca a continuación una bajada que por zonas es aún más rápida que la de Coín, pero en este caso es algo más técnica. No es una bajada difícil pero sí de curvas constantes. El final del puerto sí son largas rectas con 11-12% de desnivel positivo, por lo que nuevamente «vuelvo a volar bajo».
Freno en la zona del cementerio pues aunque yo conozco perfectamente las curvas, los que vienen de fuera no, y no quiero sustos al adelantar. Tampoco es que 20 segundos supongan nada para mi carrera…
De vuelta en Marbella sólo queda hacer el retorno a Puerto Banús por la Milla de Oro, completando el segmento de ciclismo en 3:13:55, 16 minutos por debajo del tiempo que había estimado para hacerlo sin apretar demasiado.
Entro en T2 bajándome de la bici con buenas sensaciones, así que a pesar de haber hecho un buen tiempo personal en la bici (no tan bueno en global con respecto al resto de corredores, pero repito que estoy muy lejos de ser escalador) me encuentro en perfecto estado para la carrera.
Carrera a pie
La parte más dura de la carrera ya ha pasado y «sólo» queda correr. Pero es totalmente llano, salvo un pequeño puente, por lo que no espero sorpresas.
Salimos de la zona de transición y vamos a la zona del espigón, donde se nota que está pegando bastante el aire. La entrada por Puerto Banús es magnífica pues hay una zona de animación con bastante público además de un avituallamiento bastante numeroso.
Comienzo a ritmo constante, 5:00min/km, con la intención de mantenerlo lo máximo posible durante la carrera. Hago los primeros avituallamientos sin bajar el ritmo, pero en el punto de giro más cercano a Marbella hago la primera parada para el avituallamiento y recargar fuerzas con calma…
En la reanudación ya bajo un poquito el ritmo perdiendo unos segundos por kilómetro, pero aún mantengo bien la compostura.
Llego a la zona de meta y vuelvo a hacer andando el avituallamiento. Ya cuesta trabajo hidratarse y comer, lo hago sin ganas pero tengo claro que tengo que forzarlo porque ya voy notando que falta gasolina. Ya pesan las piernas y los ritmos que veo en el reloj son de 5:20min/km.
Segunda pasada por el espigón, y tocaba volver hacia Marbella por segunda vez. De momento, a pesar del cansancio, las sensaciones son buenas. Sin problemas de estómago que es lo que siempre me ha perseguido en anteriores carreras, parece ser que esta ocasión no me van a molestar.
Mientras tanto voy disfrutando de la carrera, de la familia que ha ido a animar -y lo bien que sientan los ánimos y el buscarles con la mirada, que te distraen de la fatiga y del cansancio durante unos momentos- y del fantástico ambiente que se vive.
Y es que el ambiente merecería un apartado especial… mucha gente animando como nunca he visto en ninguna otra carrera de triatlón. Muchísimos voluntarios que no sólo están allí para darte comida y bebida, también para dedicarte sus ánimos y sus palabras de aliento. En ese sentido sólo puedo decir que un 10 para Marbella, su organización y sus voluntarios, los mejores que he visto en todas las carreras del circuito Ironman en las que he participado.
Al volver a pasar por el avituallamiento de Red Bull vuelvo a pararme a andar. La verdad es que ya voy muy, muy justo de fuerzas. Pero voy controlando el tiempo con las 6 horas como objetivo en mente. Sólo quedan 6 kilómetros por delante y llevo 5h20m de carrera por lo que tengo mucho margen para lograr bajar de las 6 horas. Muy mal se tiene que poner la cosa para no lograrlo.
A partir de ese punto comienzo a administrar el margen y los momentos de pararse a andar son ya más frecuentes. Voy fundido pero satisfecho porque entro en tiempo.
Hago la última parada a andar en la subida del puente para recomponerme y hacer el último tramo corriendo (que hay mucho ambiente y no te pueden ver arrastrando ????).
Esta vez sí toca girar hacia la meta y enfilar la alfombra roja con la gran M al fondo, cruzándola con un tiempo final de 5:55:55. Un tiempo no demasiado rápido pero que, dada la orografía de la carrera y lo poco que se adapta a mis características, hubiese firmado con los ojos cerrados antes de comenzar la carrera.
Ironman 70.3 Marbella, objetivo cumplido
En este Ironman 70.3 de Marbella no iba con un tiempo objetivo marcado (más allá de lograr bajar de las 6 horas), buscaba más controlar la carrera y poder administrarla de forma positiva acabando con buenas sensaciones.
Independientemente de haber terminado con un tiempo relativamente lento puedo decir con orgullo que estoy muy contento de la carrera realizada. He nadado bastante mejor de lo que pensaba, porque sin haber puesto un esfuerzo excesivo en el segmento de natación he estado cerca de mi récord personal en la distancia.
La bici no fue excesivamente mala. Habitualmente es el segmento donde más «brillo», pero en este circuito se trata más de sortear daños que de conseguir tiempo. He evitado la tentación de apretar en las subidas pero he hecho buenas bajadas recuperando casi todo el terreno perdido. He estado bastante lejos de mis tiempos habituales para el segmento de ciclismo, pero lo he defendido bastante bien.
Con el segmento de carrera a pie no he terminado tan satisfecho. Buscaba hacer la media en 1:50 y no he superado las 2 horas por cuestión de segundos. Podría haber arañado un minutito más si no hubiese estado conformista al bajar con holgura de las 6 horas de objetivo.
Sin embargo estoy contento porque sé que lo he dado todo, llegando vacío a meta y habiendo podido administrar la energía durante toda la carrera. No he tenido problemas de estómago más allá de un par de calambres, algo que siempre me ha perseguido en el pasado.
Mirando el tiempo de carrera con cierta objetividad, he tardado sólo 5 minutos más que mi mejor tiempo de carrera en un medio Ironman (Vichy 2018), pero aquí la competición ha durado 40 minutos más.
Me quedaré con lo positivo (que ha sido mucho) y con el buen resultado general. Por posición final de categoría habrá sido mi peor carrera, pero sin embargo creo que ha sido la más completa por cómo se ha desarrollado y cómo me he administrado.
¡Gracias por leer!
Esta reseña es inspiradora para todos nosotros que nunca hemos participado se un triatlon
Muchas felicitaciones!!! excelente carrera y mejor relato de la misma!!!
Felicidades!!!
No todo es el crono. El éxito de planificación y gestión de la carrera también es un gran triunfo.
Muchas gracias a todos.
Así es, tanto por tiempo como por posición ha sido mi peor participación (salvo Sevilla), sin embargo puede ser de las carreras con las que más satisfecho he terminado.
Enhorabuena Eduardo, no sólo haces unos análisis magníficos que nos vienen de maravilla a los que queremos consejo y asesoramiento, si no que además, compartes con nosotros estas experiencias que nos permiten disfrutarlas y ‘vivirlas’…. ¡¡¡ GRACIAS !!!