Cuando ya parecía que llegaba la primavera y el sol iba a empezar a ser la nota dominante en la costa, llevamos casi dos semanas que parece que hemos vuelto al invierno (ya sabéis, The Winter is Coming…). Y con días lluviosos, no conozco a nadie que le apetezca correr en asfalto. Pero en cambio, para una ruta de campo, es lo más apropiado. Mojarse, llenarse de barro… y también caerse y torcerse el tobillo.
La ruta fue por una zona preciosa que hay prácticamente junto a la costa, en Benahavis. Uno de los pueblos montañosos de la Costa del Sol que, además de destacar por su entorno privilegiado, también lo hace por ser uno de los pueblos más ricos de España, riqueza que luego revierte en sus habitantes. Un auténtico lujo de población.
La ruta comienza paralela al río Guadalmina, que en esta época del año lleva muy poco agua.
Precisamente porque el embalse está cerrado y, como se puede ver, aquí si tenemos mucho agua.
Aquí se puede ver la altura de la presa. La cantidad de agua es bastante generosa.
En esta zona aún queda alguna granja.
Pronto iba a empezar la subida. Y por momentos se hace «durilla». Pendiente del 21%, momento para dejar de correr y empezar a andar.
Pero el esfuerzo merece la pena. A medida que se va ascendiendo las vistas son privilegiadas.
La vegetación es muy frondosa. Parece mentira que a escasos kilómetros de distancia el paisaje sea mucho más árido.
Como se puede comprobar, la zona es «privilegiada», y no sólo por la belleza de su sierra…
En días más despejados, desde aquí podríamos ver la costa de África, y mirando hacia la derecha el peñón de Gibraltar. Esta misma vista al atardecer es una auténtica maravilla.
Sabéis que no puedo hacer una salida sólo por el mero disfrute, así que aproveché para hacer fotos y videos finales para la prueba del Garmin Fenix 3. Por ejemplo, éste en el que te explico el funcionamiento de la función Auto Climb.
Pero ya os terminaré otro día de contar todo sobre el Fenix 3… porque la prueba está programada para esta semana.
¡Gracias por leerme!