El fin de semana amenazaba que iba a ser pasado por agua. Aunque por suerte, la alerta amarilla que ha amenazado la provincia de Málaga no hizo su aparición en Marbella. O al menos, no durante la mañana de la celebración de la carrera.
La noche del sábado sí fue tormentosa, y tocó irse a la cama pensando si al día siguiente correríamos en seco o tocaría sacar los remos. Cuando el reloj sonó a las 8, sólo se podían ver unos nubarrones en la lejanía, pero la humedad quedaba instalada en la zona. 100% de humedad y una temperatura de unos 20ºC. Al final no nos mojamos, afortunadamente, aunque cuando salió el sol empezamos a sufrir.
Tras un buen desayuno de campeones, partimos hacia Marbella. A medida que íbamos llegando al punto de salida los nervios iban creciendo. No hay que olvidar que se trataba de la primera carrera seria del grupo. Tras la llegada y los correspondientes saludos y deseos de buena suerte a otros compañeros corredores, un breve calentamiento. Nos colocamos en zona de salida y después de un último adiós a la familia, antes de querer darnos cuenta ya se había hecho el disparo de salida.
Comenzamos en grupo compacto, en la zona de atrás, a un ritmo de 6:10. Si habéis seguido los entrenamientos, habréis visto que el ritmo pensado era sobre 6:45. La idea inicial era rondar esos tiempos, siempre por debajo de 7:00, para no arriesgar el llegar por encima de las dos horas y media, tiempo límite de clasificación de la prueba.
Dejamos que Alfonso y Eugenio se separen un poco y nos quedamos Juan Carlos y yo un poco más atrás, intentando aguantar el ritmo bajo porque nos íbamos siempre hacia los 6:00. Tras hacer la bajada de Ricardo Soriano y entrar en la zona del centro de Marbella (y sus cuestas) nos colocamos en el ritmo que habíamos pensado de alrededor 6:45. Poco duraría, porque pronto volvíamos a bajar de 6:30, incluso tras superar los pequeños repechos hasta el hospital Quirón de Marbella. Decidimos olvidarnos de nuestro ritmo de entrenamiento y seguir a la liebre del club cicloturista de Marbella, La Vereita. Su tiempo estimado era de “dos horas y…”. Perfecto para nosotros.
Enfilamos el paseo marítimo de Marbella con esa idea y continuamos aumentando el ritmo hasta los 6:11 que hicimos después del primer avituallamiento. Poco tiempo después terminaríamos el paseo de mármol, entrando en la larga zona de albero. Alrededor del km. 7, mi compañero de ritmo Juan Carlos, comienza a quejarse de la rodilla, algo no va bien. Decide seguir esperando que la molestia se pase, pero no lo hace e incluso empeora.
Tras comentarlo, decide seguir aguantando hasta Puerto Banús y me dice que continúe que el se quiere quedar un poco atrás, aunque no nos separamos más de 5 metros.
Tras el segundo avituallamiento llegamos a Puerto Banús, y aquí definitivamente rompe. Una auténtica pena, pues después de haber entrenado juntos para este día durante tanto tiempo es una desgracia no poder terminar también juntos. Pero así son las carreras, y me toca continuar sólo. Decido acercarme a mi liebre de La Vereita en la zona de los faros del puerto, para mi una de las zonas psicológicamente más duras de la carrera por hacerse muy larga, aunque hoy por desgracia el incendio de un yate nos ha tenido entretenidos.
Antes de volver a “tierra firme” decido pasar a la liebre que tan bien me había venido, para emprender la carrera en solitario. Pronto me coloco en una zona más despejada, sobre todo pensando en el avituallamiento del km. 16. En el anterior del km. 10 no conseguí hacerme con nada de bebida isotónica, ¡parecía que había pasado una manada de elefantes!. Pero antes de llegar, nos iba a sorprender un tramo de 150 metros atravesando la playa (¿qué paso con la pasarela de madera?). Francamente duro, no sólo por el cambio de ritmo si no por la incomodidad de la arena dentro de las zapatillas.
Pronto se olvidaría la incomodidad ya que a los 200 metros conseguiría, esta vez si, la ansiada bebida isotónica. Sólo quedaban 5 km. por delante, la meta estaba cerca, pero el cansancio empezaba a hacer mella. De hecho ya estaba rodando en ritmo 6:45. Curiosamente, el ritmo que tenía pensado para hacer durante toda la carrera ahora me parecía lento.
Eso si, ya no estaba controlando el ritmo, si no el tiempo de finalización de carrera, y a hacer cábalas mentales sobre el tiempo final. Me establezco un nuevo objetivo, acabar en 2:15, bastante lejos del tiempo inicialmente planteado de 2:25. Así que en el km. 18 decido hacer uso de mi tercer y último gel, con una buena carga de cafeína, y sigo controlando tiempo en lugar ritmo. Sólo quedaban 3 km. por delante y aún tenía fuerza para afrontarlos.
No me vengo abajo e intento subir el ritmo un poco. De 6:45 en el 18 paso a 6:42 en el 19 y 6:40 en el 20. Ver ese cartel con un 20 da bastante moral, así que decido darlo todo. Ver la meta tan próxima y la gran afluencia de gente animando me hace ir en volandas para completar los últimos metros en un ritmo de 5:54.
¡Termino parando el crono oficial en 2:15.23!. Muy satisfecho por ese tiempo final, no sólo había terminado dentro de tiempo la carrera, si no que había pulverizado mi expectativa inicial de acabar en 2:25, rebajando en 10 minutos ese tiempo. Un gran reto cumplido y además con nota sobresaliente. ¡Lo único que queda ahora es buscar un nuevo reto!
¡Nuestra medalla de la Media Maratón de Marbella!
Y por haberlo hecho tan bien, la organización nos obsequió a todos no sólo con un último avituallamiento, si no con esta fantástica medalla.
Me sangran las manos de aplaudir
Se agradecen los aplausos, la verdad es que ayudan mucho para llegar :).
No te voy a decir que sea fácil llegar, pero tampoco es difícil. Pero al final todo es fuerza de voluntad, y eso está en manos de cualquiera. ¡Así que ponte a ello!