Hace pocos días que os contaba que seguía buscando completar mis objetivos. Concretamente en los entrenamientos de la semana 15 al 21 de diciembre, hablaba de ese objetivo que tenía marcado a medio plazo (a medio, no a corto). Pues sin ir más lejos el mismo lunes 22 de diciembre me propuse intentarlo. Durante un entrenamiento y no en carrera (que siempre estás más preparado física y mentalmente, además de poder aprovecharte de alguna liebre para rebajar algún segundo más).
He conseguido derribar otra pared. Establecí un ritmo objetivo de 4:50 min/km y, ayudándome de la función de Virtual Partner del Garmin Forerunner 620 que toca probar estas semanas, logré parar el reloj con un tiempo final de 48:28.
Se que son tiempos muy discretos para los que lleváis muchos años de entrenamiento encima, pero para alguien que hace «dos tardes» se planteaba bajar de 55 minutos en esa misma distancia, supone un salto inmenso. Un nuevo golpe de motivación.
Así que toca marcarse un nuevo objetivo, tanto para distancias medias como para distancias algo más largas. El objetivo final de correr una maratón sigue en el horizonte, pero antes de atreverse a realizarlo hay que entrenar mucho, no quiero llegar a la meta de mi primera «prueba reina» arrastrándome y sufriendo, hay que disfrutarlo.
A punto de comenzar 2015, estableceré dos objetivos. Bajar de 45 minutos para 10km y conseguir una media maratón en 1:50. En marzo tengo la XXV media maratón de Málaga, así que sólo hay tres meses para preparar (y tumbar) otro objetivo.
En cuanto a bajar de 45 minutos, Garmin (o mejor dicho First Beat) opina que no puedo hacerlo, que mi tiempo máximo sería 45:03.
Como se suele decir en estos casos… «¿Que no puedo hacerlo? Mírame».