La semana pasada saltaba la noticia de la multa de 200 euros que había recibido un ciclista en Ourense. Por extraño que parezca, es algo que está en contra de la normativa actual. ¿El motivo? Se alegaba a que una luz parpadeante podría provocar un ataque de epilepsia en algún conductor que sufriera esta enfermedad. Otros países reservan las luces que parpadean para vehículos de emergencias.
La posición de los ciclistas era bastante clara. Una luz que parpadea es bastante más visible que una luz fija, especialmente considerando su pequeño tamaño. No es como el faro de una moto, más grande y con más potencia. Al ser de pequeño tamaño el ojo humano no es capaz de determinar con exactitud si la luz está cerca o lejos, lo que puede terminar en un accidente.
Hoy se ha escrito un nuevo capítulo. El Director General de Tráfico, Gregorio Serrano, confirmaba en Twitter que esto ya iba a ser parte del pasado.
Hoy he firmado la Instrucción para que las luces rojas intermitentes puedan ayudar a proteger a los ciclistas en carretera. Es un colectivo vulnerable que merece toda nuestra atención. En cualquier caso, la Prudencia y el cumplimiento de las normas es la mejor protección. pic.twitter.com/8bXIiUTdPi
— Gregorio Serrano (@GSerranoLopez) March 6, 2018
El siguiente paso sería que esto quedara correctamente regulado en nuestra normativa de tráfico. No somos el primer país donde esto sucede, por ejemplo en 2005 ya se reguló en Reino Unido a favor del uso de las luces parpadeantes en bicicletas. Aunque hay otros países donde continúa la regulación en contra de las luces que parpadean, como por ejemplo Alemania.
De hecho Garmin no puede vender su versión normal de la luz Varia Radar. El modelo habitual es el RTL-500, mientras que en Alemania el modelo tiene la referencia RTL-501 y sólo ofrece la luz fija para cumplir con el estándar StVZO.
Esperemos que este sea el primer paso para alcanzar una regulación común pensando en todos los usuarios de la carretera. No sólo ciclistas, también conductores.