Este fin de semana ha sido bastante completo. Como sabéis, La Vuelta ha comenzado en Marbella con una contrarreloj por equipos (no sin polémica), y no podía tener mejor oportunidad de ver una etapa bastante especial como es una CRE.
Al contrario de lo que suele ser habitual cuando ves una etapa de cualquier vuelta, una contrarreloj es una forma de ver acción de forma continuada. Normalmente, salvo etapas de montaña, ir a una etapa de una gran vuelta se resume en esperar durante un buen rato, ver pasar a los corredores en cuestión de segundos y después de eso recoger tus bártulos y volver por donde habías venido. Así que no podía perder la oportunidad de ver una buena etapa en la puerta de casa.
Mi fin de semana ciclista comenzó el viernes, día en el que fui a hacer un repaso del circuito completo que tanta polémica había levantado entre algunos corredores durante la semana. Y como para poder tener una opinión fundada hay que conocer los hechos, en este vídeo tenéis el recorrido completo que levantó tanta polémica, desde la salida en el pantalán de Puerto Banús hasta la zona de meta en el paseo marítimo de Marbella. Todo el circuito discurre a través del paseo que conecta estos dos puntos, pasando por superficies de lo más variado. Albero (la superficie que más expectación ha levantado, y que creo que era el menor de los problemas), asfalto, mármol, madera e incluso una tarima provisional.
Mi opinión personal es que el circuito en si no presentaba mayor problema para competir una etapa. Lo que sí es cierto es que no me parece el circuito más propicio para una contrarreloj por equipos, no por las superficies, que no tenían mayor problema en sí mismas, si no por los diversos baches y trampas de todo el circuito. Una contrarreloj individual hubiera presentado menos problemas, ya que hacerla por equipos en un trazado tan estrecho no tiene mucho sentido, ya que no se pueden dar relevos y el último corredor del grupo no tiene mucha visibilidad de lo que hay delante. Sí, hay entrenamientos antes de hacer la prueba y puedes memorizar las curvas o las trampas principales, pero es imposible memorizar todos y cada uno de los baches del camino.
Aún estaban ultimando todos los detalles, tanto puliendo detalles del circuito como terminando de instalar el vallado y montando la zona de meta, que entraba totalmente dentro de la playa.
Cuando ya estaba de vuelta me encontré con el detalle feo de la jornada. Uno ya está acostumbrado a que cuando vas en la bicicleta el respeto de algunos conductores no sea todo lo bueno que desearíamos, y ya sabemos que nos pueden pasar bastante cerca sin mucho miramiento. El metro y medio de separación sabemos que raramente lo vamos a tener, pero al menos sí un espacio de seguridad razonable.
Desgraciadamente aún hay muchos conductores que pasan de respetar esa distancia de seguridad, pero lo que nunca me esperaría es que un miembro de un equipo PROFESIONAL de ciclismo, que está todo el día en la carretera junto a ciclistas y que, presumiblemente, le gusta el mundillo, haga lo mismo.
Precisamente es lo que me ocurrió con la caravana del equipo sudafricano Team Qhudeka. Podéis ver en el vídeo cómo, tanto autobús como coche de soporte adelantan correctamente, pero la furgoneta pasa totalmente pegada a mi. Y tened en cuenta la óptica de la cámara, que desvirtúa bastante las distancias.
Calculo que no dejó más de 50cm de espacio. Repito que estamos hablando de alguien del mundo del ciclismo, que supondríamos debería tener más respeto por los ciclistas. Y de la misma forma les envié el vídeo a través de un tweet, sin ninguna contestación por su parte. Un gesto muy feo.
Not what I expected from a PRO cycling team. @TeamMTNQhubeka, ask your van driver what 1,5m is. pic.twitter.com/k8S29NL49q
— Eduardo correrunamaraton.com (@Correr1Maraton) August 21, 2015
El sábado por la mañana me tocaba entrenar a mi, y debía pasar por el punto de salida de la prueba.
Tal vez la mejor parte de una prueba de este tipo es que puedes compartir carretera con los mismos corredores que luego ves en la televisión. Aquí podéis ver al equipo Lotto llegando de su entrenamiento matutino, volviendo del mismo lugar al que yo me dirigía.
Poco más tarde me cruzaría con un Sky y un Movistar en la bajada de la carretera de Istán, uno junto al otro. Es bastante más habitual de lo que pensamos que corredores de diferentes equipos se relacionen entre si e, incluso, que terminen entrenando juntos.
Al terminar el entrenamiento, volví a acercarme a la zona de salida, donde ya se estaba preparando todo. Era el momento en el que los mecánicos trabajaban, sacando cada una de las bicicletas y lavándolas una a una, con bastante cariño y detalle, nada de un manguerazo rápido y pasar a la siguiente. La verdad, yo no tardo ni la mitad en lavar mi bici, así que teniendo en cuenta que tienen que preparar al menos nueve, es un trabajo bastante aburrido.
Pero el venir a esta hora da la oportunidad de conocer entresijos interesantes. Por ejemplo, ¿nunca te has planteado dónde lavan la cantidad de ropa que usan cada día? Pues supongo que dependerá de cada equipo, pero aquí podéis ver cómo el equipo Orica dispone de una lavadora en el autobús, junto con un calentador de agua. Una colada rápida entre etapa y etapa y a vestir de nuevo al equipo.
Por la tarde, antes del inicio de la etapa, nos acercamos al Parque de La Vuelta. Además del propio atractivo competitivo, se organizan una serie de actividades paralelas orientadas a toda la familia, todo ello movido gracias a los patrocinadores. Y por supuesto, todo enfocado en torno al ciclismo, como no podía ser de otra manera.
Más que un lugar donde los más aficionados podemos disfrutar, se trata de acercar la competición a las personas menos involucradas.
Y con actividades divertidas y refrescantes, como batir tu propia fruta para hacerte un zumo dando pedales en una bicicleta convertida en batidora.
Tras repasar todas las exposiciones de los diferentes patrocinadores (a destacar el expositor de Carrefour, si llego a ir con hambre me voy merendado, cenado e incluso con el desayuno preparado), tocaba ir a ver la parte fuerte del día, la etapa contrarreloj. Esa que la inmensa mayoría ha podido ver cómodamente desde la playa o el chiringuito. En mi caso, opté por montarme en la bici y así poder ver la acción desde diferentes puntos, intentando alejarme de las zonas de salida y meta, que siempre están más colapsadas.
Una vez elegido el lugar para poder hacer las fotos, era fácil saber cuándo llegarían los corredores. En primer lugar por la ubicación del helicóptero de televisión que iba siguiendo a los ciclistas. En segundo lugar porque cada equipo iba precedido, normalmente, de dos motos de la Guardia Civil, que iban indicando a su paso que la carrera iba a llegar y por tanto ya no se podía cruzar entre la zona de carretera y la playa. Y, sobre todo, por la cantidad de polvo que levantaban a su paso, sobre todo por los vehículos de apoyo.
Este primer punto elegido para las fotos resultó ser el mejor, ya que en esa zona hay una ligera subida tras un par de curvas no muy amplias, por lo que la velocidad de paso era algo más lenta que en otros puntos (por ejemplo la meta).
En ese punto hice un ligero cambio de perspectiva, elevándome un poco sobre el paseo para tomar fotos desde otro ángulo. Alguna es impresionante. En caso de haber necesitado puntos de avituallamiento, los hubieran podido realizar directamente desde el chiringuito. Tan fácil como pedir unos espetos y recogerlos de la mesa al pasar. ¿En qué otra carrera habéis visto algo así?
Busqué un nuevo cambio de posición, pero a medida que me iba acercando al centro de Marbella, cada vez era más difícil encontrar un buen punto, la afluencia de gente era bastante importante.
La mejor parte de ir en bicicleta y no limitarme a ejercitar mis derechos de espectador tras una vaya, era la propia interacción con los corredores, con los que se compartía carretera. De hecho, mientras yo iba hacia la zona de meta, los equipos que iban terminando su etapa iban en dirección contraria, de vuelta al punto de partida. Pero no sólo ellos, también las motos de cámaras de televisión, que volvían escoltados por la policía a velocidad bastante elevada, porque evidentemente tenían un tiempo determinado para estar de nuevo en la salida y seguir a un nuevo equipo.
Intenté acercarme a meta, pero ya era misión imposible. No cabía un alma más, así que vuelta atrás en busca de un mejor sitio para ver el final de etapa. Y, de nuevo, cruce con más corredores.
Lo mejor de rodar cerca de ellos es poder comprobar qué fácil se mueven cuando van en conjunto. Se colocan como un bloque y se desplazan como un enjambre de abejas. Por no hablar de la velocidad a la que circulan, porque mientras que ellos simplemente volvían de terminar la etapa a un ritmo relajado e incluso charlando entre ellos, yo tenía que ir bastante ligero para seguir su ritmo.
Finalmente opté por ir al punto de salida, no sólo por ser el punto inicial y donde más ambiente iba a encontrar, si no también porque es donde estaban los autobuses de los equipos aún aparcados. Aquí vería la última salida del día, del equipo Katusha. Podéis ver el ambiente que quedaba a final de etapa en la zona en este vídeo, en el que llegaba detrás de algún rezagado del, creo recordar, equipo Cofidís.
Con la etapa ya terminada era hora de volver a casa, para lo que había optado por el mejor medio de transporte. Lo que en bicicleta me podía llevar 10 minutos, en coche hubiera podido ser media hora con facilidad. Espero que los que lo vieseis por televisión tuvierais imágenes tan espectaculares como las que yo tenía a pie de trazado.
¡Gracias por leer!