Las semanas pasan cada vez más deprisa, ¿no creéis?
Esta semana ha sido de bastantes lluvias. Seguro que los que estáis acostumbrados a ellos diréis: ¿Y qué?. Pues que los que vivimos en la Costa del Sol no estamos acostumbrados a ellas. Así que si un día toca correr y está cayendo una tromba, probablemente lo dejes para el siguiente. Aún así, he podido seguir con la tónica habitual de mínimo tres salidas por semana, aunque en esta ocasión he sustituido la tirada larga por una salida a hacer un poco de trail (si no lo habéis probado, deberíais hacerlo).
[table id=15 /]La salida del lunes fue la típica salida de charloteo. Ritmos continuados durante toda la salida intentando mantenernos por debajo de 6:00 min/km, pero hablando mucho y despistándonos en ocasiones. Vamos, una simple salida de rodar y de hacer km sin grandes objetivos. Sólo apretamos un poco al final, llegando a alcanzar los 4:55 min/km
El miércoles, aprovechando la lluvia, decidimos salir a rodar en 5:00 min/km. Más que nada, porque cuanto menos tiempo estuviéramos corriendo, antes dejábamos de mojarnos y llegábamos a casa. El resultado final, 8,45 km a un ritmo medio de 5:08 min/km.
Para muchos de vosotros esto es puro ritmo conversacional, pero yo me puedo remontar perfectamente cuatro meses atrás, en los que para hacer una distancia parecida mi ritmo era de 7:08 min/km. Exactamente 2 minutos más por cada kilómetro recorrido.
Es con cosas como esta con las que te das cuenta de tu verdadera mejoría como corredor. Y por eso es tan importante salir con un reloj, o un teléfono o simplemente con un cronómetro. La motivación que te da el guardar estos registros es la gasolina para que continúes entrenando todas las semanas.
Y llegó el domingo, el sol y el buen tiempo. Día perfecto para echarse la mochila a la espalda y hacer una salida de 12,3km con un desnivel de 465m. Y entre las aventuras del día, el intento de pasar un río bastante crecido por las últimas lluvias. Hace un mes hice una ruta parecida en la que crucé el mismo río sin ni siquiera mojarme los pies, así que hoy, al menos lo he intentado. Pero cuando me ha llegado el agua a mitad de muslo ya he visto que mejor me daba la vuelta y me volvía a subir la cuesta por la que había venido…