Lo cierto es que llego un poco tarde con el relato de la media maratón de Marbella. Ya hace más de dos semanas que se celebró y no te he contado nada acerca de ella. Bueno, nunca es tarde, pero no quería que se juntara con el relato de la maratón que tendré pendiente de escribir de aquí a un mes.
No ha sido una carrera que haya preparado a conciencia, pero sí le tenía algo de ganas. Es la segunda vez que la corro y quería destrozar el tiempo del año pasado (2:15 en la de 2014), cosa que no iba a ser nada difícil, sobre todo porque llegaba a ella con una MMP de 1:45 en Málaga.
Como decía, no es una carrera que haya preparado. De hecho, la semana anterior estuve de vacaciones, por lo que el entrenamiento previo se diluyó bastante, y esa semana tampoco me bajé de la preparación que el entrenador me tiene preparada para la maratón, que es el gran objetivo del año. Así que nada de descanso previo para la carrera.
La salida se demoró unos cuantos minutos, ya que como puedes ver en la imagen que abre el artículo, incluso algunos partieron desde más adelante de la línea de salida. ¿Y qué ocurre cuando eso ocurre? Pues que si yo me coloco en una zona que estimo correcta para mi tiempo de carrera (alrededor de 5ª o 6ª fila), pero luego hay otras 5 o 6 filas por delante de la línea, la salida se vuelve caótica. Por supuesto, los que se colocan delante para salir a ritmo de 6:00 min/km no ayudan (tampoco los que salen atrás con intención de bajar de 1h25m). Y con unos 2.500 atletas allí congregados, la verdad es que la salida era bastante agobiante. Lo normal en este tipo de carreras.
A pesar de eso no me fue nada mal, completando el primer kilómetro en 4:45, en el tiempo previsto y por debajo de las pulsaciones que me había marcado como máximas (165ppm). Eso si, saltando de la acera a la carretera y viceversa, buscando un hueco donde correr cómodamente y jugándome alguna torcedura de tobillo a lo tonto.
La parte más exigente de la carrera se encontraba poco después, con la subida desde el mercado hasta el puente, con una pendiente bastante acusada durante algo más de 300 metros. En esta parte tocaba relajar un poco el ritmo y no preocuparse por los tiempos, porque tras llegar al puente empezaba una larga bajada a través de las calles del centro de Marbella hasta llegar a la avenida principal, Ricardo Soriano, en la que podría recuperar el tiempo perdido anteriormente.
Por cierto, no tengo absolutamente nada que comentar acerca del número de mi dorsal .
Para salir del centro teníamos otro pequeño repecho, más asequible que el anterior pero de mayor longitud (unos 500 metros), el cual nos llevaría ya al paseo marítimo, que casi no se abandona durante toda la carrera. Hasta llegar aquí la ruta variaba con respecto a la del pasado año, a partir de ese punto discurría por el mismo trazado que el año anterior.
Ya llevábamos 4 kilómetros, quedaba un buen llano hasta el próximo pequeño repecho así que era buen momento de pensar en estabilizar un ritmo medio cómodo, sobre todo después de las subidas y las bajadas que, como te despistes, te hacen perder la cadencia y el ritmo medio y cuando te quieres dar cuenta has perdido 20 segundos que luego cuesta recuperar.
Alcanzamos rápido el primer punto de avituallamiento, situado en el kilómetro cinco y el mismo lugar en el que se encuentra la meta. Así que botella de agua para refrescarse un poco y a seguir camino. Se agradecía la bebida, pues terminó siendo un día muy caluroso (28º de temperatura media).
En mi intento por ser un ciudadano modelo, tras beber dos o tres tragos de la botella quise ponerla en una papelera. Ya bastantes había por el suelo, así que iba a intentar ser cívico. Divisé una papelera y sin pararme la lancé. Como te puedes imaginar, al estar en movimiento no calculé bien la fuerza y la distancia y fallé en el tiro, con tan mala suerte que el botellazo se lo llevó un chico que estaba viendo la carrera. Así que mi intento de civismo quedó en un botellazo a un niño. La próxima la tiraré al suelo…
Pronto dejamos la zona de mármol y llegamos a la parte de alvero, famosa por ser el recorrido de la primera etapa de La Vuelta. Para aquella ocasión se barrió y se limpió, y así ha permanecido (algo de arena se ha ido acumulando desde entonces, pero no mucha) hasta hoy. Eso significa superficie más dura y baches en el camino, pero siendo una de mis zonas habituales de entrenamiento, nada que no conociera más que de sobra.
Tras una corta pero intensa subida, accedemos a la carretera principal, donde se encontraba el segundo avituallamiento. Antes de llegar me preparé mi gel, sales, etc. Tengo claro que debo seguir entrenando el avituallamiento, porque esta búsqueda previa me hizo ralentizar el ritmo significativamente, bajando hasta el 5:40 min/km… Es decir, un ritmo un minuto más lento que el que llevaba hasta ese momento. Me hizo despertar el hecho de que me adelantó la liebre de 1:40, que habíamos adelantado al llegar a la zona de alvero. Así que habíamos perdido toda la ventaja que conseguida y cuando me fijo en el reloj, habíamos pasado de un tiempo final de 1:37 a 1:41 (llevaba un campo de datos con el cálculo del tiempo final).
Aprovechando la bajada hasta Puerto Banús intenté recuperar un poco el ritmo, pero ya me situé junto al grupo de la liebre de 1:40. Aunque para esta carrera no llevaba un objetivo de tiempo (simplemente quería controlar las pulsaciones e ir basándome en sensaciones), bajar de 1:40 era la idea que rondaba la cabeza.
Varié el plan, y simplemente me limitaría a dejar que el grupo tirara de mi. Pasamos el tramo de Puerto Banús detrás del grupo. Saliendo de allí ya comencé a sentir la fatiga. Iba con buenas sensaciones, pero las piernas empezaban a pesar. Poco a poco se me escapaba el grupo de 1:40, a un ritmo de unos 5 segundos por kilómetro. Pero llevaba los gemelos como piedras, no había más donde rascar.
Cuando me quedé detrás de ese grupo lo hice con la idea de llevar una táctica similar a la de la última media maratón que corrí, en la que apreté a partir del kilómetro 15. Y aquí intentaría una táctica similar. Llegando al último avituallamiento repetí el procedimiento de buscar gel, sales, etc. En el avituallamiento cojo agua, isotónica, gajos de naranja, junto con mi gel… Claro, me atraganto intentando meter tantas cosas en el cuerpo y de nuevo, cadencia descompensada, ritmo ralentizado y caigo unos 20 metros por detrás de mi compañero.
Faltan 5 kilómetros para alcanzar la meta y llevo los gemelos cargadísimos. Se que tengo unos pocos metros que recuperar y cambio, nuevamente, de táctica. En vez de apretar los últimos 5 kilómetros, lo dejaría en los últimos 3, pues no me veía con fuerza en las piernas como para hacer los últimos kilómetros por debajo de 4:30 min/km.
Cuando llego al kilómetro 18, la distancia se mantiene, no he recortado un sólo metro, pero la cosa no da para más. Y las pulsaciones se están poniendo por las nubes, pasando ya de las 170ppm.
Bueno, me espero a llegar al paseo de mármol para dar el apretón. Y cuando llego, la situación es la misma, o peor. Puedo mantener el ritmo, pero imposible aumentarlo.
Así que decido seguir como buenamente pueda y hacer el sprint final cuando falten los últimos metros.
Ya quedan sólo 500 metros, pero estoy totalmente vencido a un ritmo superior a 5:00 min/km. Aprovechando el tirón del público doy el empujón final, viendo que aún podía bajar del 1:40, entrando con esta cara en meta.
Tiempo final 1:39:38. Cinco minutos menos que mi mejor marca conseguida en Málaga y una burrada menos que en esta misma carrera el año pasado (te dejo a ti que hagas la resta).
Tras recuperar fuerzas en el avituallamiento final y recibir medalla, sólo quedaba volver paseando hasta donde estaban los coches con la sensación de haberme vaciado. Satisfecho porque independientemente del tiempo final sabía que lo había dado todo.
Puedes ver el resumen de la carrera en Strava, y también tienes todos los detalles en la gráfica completa de carrera.
Siguiente parada: XXXV Maratón Valencia Trinidad Alfonso. Sólo queda un mes.
¡Gracias por leer!
Enhorabuena, es un tiempazo! 😉
¡Gracias! Contento con el tiempo alcanzado, sin duda. Aún así, para 2016 habrá que bajarlo… 😉
Muy buen tiempo, enhorabuena. Yo también estuve allí corriendo pero a otro ritmo mas modesto.
¡Gracias! No hay tiempo modesto, siempre que lo hayas dado todo. Lo importante no es el tiempo final, sino no quedarte con la sensación de no haberte vaciado.