Esta semana llego con malas sensaciones. No he rendido todo lo que quisiera, y creo que no lo he hecho a la altura de lo que soy capaz. Así que vamos a analizar lo que he realizado.
[table id=27 /]El lunes no tocó entrenar. La noche anterior dormí muy poco, pues me quedé viendo la Super Bowl, donde mis Seattle Seahawks perdieron el partido en los últimos 20 segundos, dando el balón al contrario a 1 yarda de conseguir la anotación de la victoria. Partido muy emocionante, y seguro que si hay algún aficionado al fútbol americano coincidirá conmigo. Así que tocó pasar el entrenamiento al martes.
Un día muy malo. Muchísimo viento durante todo el entrenamiento, ambiente frío y malas sensaciones en general. Salí con la intención de hacer 12 kilómetros, pero se quedó todo en 10,5. Dadas las condiciones climáticas, simplemente opté por entrenar mirando pulsaciones, porque entrenar por ritmo con tantísimo viento era imposible.
Al día siguiente tocaba hacer un poco más de velocidad. Las condiciones eran un poquito mejores, algo menos de viento pero seguía con frío. La intención era hacer 10 kilómetros a ritmos por debajo de 5 min/km, intentando rondar 4:50. Pero me notaba pesado, en cuanto intentaba bajar unos segundos el ritmo no encontraba la respiración acorde. Poco después de llegar al kilómetro 6 me tropecé y caí, sin consecuencias. Pero poco tiempo después empecé a notar molestias en una rodilla, que sumado al cansancio físico que llevaba me hicieron dejarlo por precaución.
Revisando la frecuencia cardíaca no iba en absoluto apretando. Pero me faltaban piernas, por eso las malas sensaciones acumuladas.
En cambio el jueves no tuve ningún problema ni ninguna mala sensación. Pensaba que el bache ya estaba pasado, así que tocaba descansar hasta la salida larga del domingo.
Amaneció con frío y algo de lluvia, pero por suerte no hacía mucho viento. Así que tras las pertinentes preparaciones de la mañana salgo optimista. El objetivo era hacer 18 km, buscando un ritmo medio alrededor de 5:10 min/km. El entrenamiento iba bien, pero al llegar a los 13 kilómetros empecé a desinflarme. A partir de ese momento los ritmos que hacía eran de 5:25 min/km. Al final terminé con un ritmo medio de 5:20 min/km.
Malas sensaciones, porque con ese ritmo y sensaciones no conseguiré no ya el objetivo «optimista» de 1:45h para la media maratón, sino que también peligra el objetivo real de bajar de 1:50h. Realmente pensaba que el 1:50h lo tenía más que conseguido, y que debía luchar por alcanzar ese 1:45h. Pero termino la semana con dudas.
Espero que el rendimiento tan corto que he tenido esta semana haya sido a causa del frío y del cansancio y recupere sensaciones para lo que queda hasta la media maratón.